10 de marzo de 2011

ATENCIÓN A NIÑOS, NIÑAS, ADOLESCENTES y ADULTOS

Atención psicológica a niños y niñas
La infancia es una etapa con cambios constantes: cambia el cuerpo, cambia lo que el cuerpo puede hacer. También nacen hermanos, se empieza la escuela, se encuentran con las idas y vueltas de hacerse amigos, de tener grupo de pares. Algunos se encuentran con mudanzas, cambios de escuela o situaciones familiares complicadas que a veces cuestan ser entendidas desde la mirada de un/a niño/a.

Atención psicológica a adolescentes
Durante la adolescencia surgen movimientos en busca de reafirmar la identidad, saber quiénes somos, la orientación vocacional. Comienzan a diferenciarse de sus familias y a reafirmarse como individuos únicos frente a sus pares y el mundo. A veces esto genera contradicciones entre no necesitar más el afecto y cuidado de los padres contra la desprotección de sentirse solo.

Atención psicológica a adultos
En la etapa adulta comienzan a sentirse las exigencias en lo laboral, en la vida familiar propia. Nuevas situaciones como separaciones, dudas en la crianza de los hijos, como también replanteos sobre la vocación, el trabajo actual, proyectos inconclusos. Pueden desarrollarse momentos agudos de estrés, ansiedad, miedo, tristeza.  

3 de marzo de 2011

Por qué y Cómo poner LÍMITES a nuestros/as hijos/as

¿Por qué es importante poner límites?

Porque así les enseñamos a los/as niños/as que no somos omnipotentes antes todo, les enseñamos a tolerar cuando nos equivocamos o cuando las cosas no nos salen como esperábamos, les enseñamos a tener paciencia cuando estamos aprendiendo, a no frustrarnos luego de un primer intento fallido, les enseñamos a respetar al otro cuando también lo queremos.

¿Cómo lo hacemos?
Siendo que cada niño/a es distinto, cada familia, cada situación… Entonces ¿podemos pensar algunos puntos en común?

Tengamos en cuenta que cuando ponemos un castigo a nuestro/a hijo/a y éste/a ni se preocupa por esto, como si sus días fueran igual con esto o no, aquí no está funcionando el límite, ya que no se ha planteado nada que sea importante para el/la niño/a.
Pero hay algo que siempre es importante para nuestros/as hijos/as y eso es nuestro cariño. Por eso mostrarnos afectados por lo que ha pasado es una manera de poner límites. Mostrarnos afectados puede hacerse simplemente hablando, utilizando las palabras que lo expresan claramente:”estoy triste por lo que pasó”, “estoy muy enojado por lo que hiciste”. Gritar solo suma miedo al niño/a, ser firmes y claros, sin tono cariñoso demuestra firmeza.   

12 de febrero de 2011

LAS RELACIONES ENTRE PARES

Cuando a partir de los cuatro años los niños y las niñas ingresan al jardín de infantes y luego a la primaria, se les abre la puerta a un mundo nuevo lleno de juegos grupales, cantos corales, cumpleaños, personas desconocidas a conocer y querer, actividades nuevas, aventuras y mucha diversión.
También se produce un hito, por el cual, comienzan a forjar relaciones dentro de una red social que no es la familia propia. Comienzan a desarrollar participación social, a través de juegos, interacciones con pares, adquisición y rotación de nuevos roles, como con al encontrarse con reglas y pautas nuevas que deben ser respetadas.
La escuela es el primer lugar de socialización de los y las pequeñas por fuera del círculo familiar, más allá de que provengan de familias monoparentales, ensambladas, de cuatro integrantes u ocho, con muchos/as primos y primas o no.
Los/as niños/as durante la edad escolar van a ir desarrollando las habilidades sociales que les permitirán de adultos, transcurrir por todos los espacios habidos en distintas esferas sociales, de modo apropiado, en función a cómo fueron aprehendidas.
En todo esto, un papel muy importante lo ocupan las relaciones con sus pares, es decir, con sus compañeros/as y sus amigos/as. Si nos imaginamos una niña de seis años que tiene tres “mejores amigas”, con las que comparte todo el día, todos los juegos y las visitas en casas, se nos representa una imagen feliz y tierna. Pero la de una niña que queda excluida en su grupo, por algo que se juega en el grupo como motivo para colocarla en el lugar del chivo emisario (a quien se le dirigen los aspectos negativos, generando segregación a dicho integrante) la imagen cambia a tristeza, soledad y aislamiento.
Lo cierto es que las personas cuando estamos en grupos estables y que se continúan en el tiempo tendemos a desarrollar simpatía, identificación, admiración por algunos y algunas, generando una selección de personas con las que uno/a siente mayor afinidad y cercanía.
Aquí se pone en juego ser aceptado en el grupo, o siendo más precisa, sentirse aceptado por el grupo, en contraposición con estar “al margen”. Y para un/a niño/a esto es algo muy importante. En este punto, surge la pregunta: ¿es tarea de los/as adultos/as poner una mirada sobre esto?

¿Podemos hacer algo?
La clave está en pensar la importancia de fomentar entre niños y niñas aceptación del otro/a, solidaridad, compañerismo, empatía, paciencia y poner un freno a las acciones de segregación, envidia, pelea, intolerancia.
Como también en acompañar a los y las niñas en el proceso de conocerse con otros pares, en este proceso que es salir del mundo familiar a un mundo más amplio. Acompañarlos ante sus inquietudes, las vergüenzas, la timidez, los temores, las ansiedades. Hacer de esto un tema de charla con los niños y las niñas.
En conclusión, podemos, por ejemplo, preguntarles cómo les fue en la prueba de matemática y también cómo les fue a los/as demás, abriendo la conversación, no a la comparación con otros/as, sino a charlar sobre la relación que sostiene con los/as demás personas del grado.
Es solo una de muchas posibles formas de dar lugar a que hablemos con nuestros niños y niñas de esta temática. ¿Se les ocurren otras? Sin dudas que sí… 

19 de noviembre de 2010

EL ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO


El Acompañamiento Terapéutico. Experiencias en Buenos Aires, 2008/9. 
Concia, María Victoria; García, Pedro Manuel

Resumen
El Acompañamiento Terapéutico. Experiencias en Buenos Aires, 2008/9.
Palabras clave: Acompañamiento Terapéutico 

El presente trabajo busca introducir al dispositivo de Acompañamiento Terapéutico, a partir de su puesta en práctica con pacientes con patologías como trastorno esquizo-paranoide y esquizofrenia, en la Ciudad de Buenos Aires, durante el periodo 2008/2009.
Se reseñará una breve genealogía del dispositivo y se presentarán los aportes teóricos- metodológicos de autores argentinos sobre el tema.  
Luego, tiene por fin, dar cuenta de experiencias recogidas, como de las posibilidades que brinda este dispositivo, en tanto, alternativa terapéutica a las prácticas clásicas de encierro.

Abstract
The Therapeutic Accompaniment. Experiences in Buenos Aires, 2008/9.
Keywords: Therapeutic Accompaniment

This paper seeks to introduce the device up Therapeutic Accompaniment, since its implementation in patients with conditions such as schizophrenia paranoid disorder and schizophrenia, in the City of Buenos Aires during the period 2008/2009.
Be given a brief genealogy of the device and present the theoretical and methodological Argentine author on the subject.
Then, it seeks to give account of experience, and of the possibilities offered by this device, meanwhile, therapeutic alternative to the traditional practices of confinement. 

Introducción
Este trabajo propone presentar al dispositivo de Acompañamiento Terapéutico (AT) como una herramienta terapéutica, de ejecutable puesta en práctica, desde una mirada desmanicomializadora y comunitaria. Son la base del trabajo las experiencias con pacientes jóvenes y adultos con patologías como trastorno esquizo-paranoide y esquizofrenia, en la Ciudad de Buenos Aires, durante el 2008/2009. Además, propone elucidar los aportes teóricos - metodológicos de autores argentinos sobre el tema como Kuras de Mauer, Susana; Rossi, Gustavo; Kalina, Eduardo.

Breve genealogía
En la Argentina, el AT, surge a principios de 1970. El Dr. Eduardo Kalina utilizó el papel del amigo calificado, para el cuidado de pacientes durante salidas transitorias, en casos de adicción. (Kuras de Mauer, 1985, 2003)
Luego se cambió a la denominación actual, delimitándose tanto el rol, como la función. Esto fue simultáneo a la creación de cursos y materias específicas para la formación del AT y la fundación de una institución que los representa (AATRA), la cual, tiene como objetivo fomentar, organizar y coordinar actividades científicas vinculadas al Acompañamiento Terapéutico en la Argentina.

Experiencias
A lo largo de nuestra práctica fuimos experimentando, las posibilidades que este dispositivo pone en marcha, sus potencialidades como salidas al encierro y a la vulnerabilidad social.  Ejemplos de ello son las actividades que realizamos con nuestros pacientes como: hacer compras, utilizar los medios de trasporte públicos, relacionarse con desconocidos, enfrentar situaciones adversas, tomar decisiones, compartir sentimientos y llevar a cabo actividades prefijadas como también otras que se definen sobre el momento. Estar acompañados les da la posibilidad a los pacientes, de efectuar acciones de la vida cotidiana, que no podrían realizar solos.
Consideramos que el acompañante participa andamiando al paciente en la interacción con otras personas y objetos de su cultura. De este modo, el AT dispone a que los pacientes experimenten el contacto con las ocupaciones diarias, tanto personales, como familiares y sociales.
Acompañarlos en el encuentro con la familia, apoyar y reforzar esos vínculos, a veces desgastados y olvidados. Acompañar para acceder a la atención médica básica, como tener anteojos, prótesis dentaria, análisis clínicos. Además de trámites para el acceso a derechos civiles, a artículos de higiene personal o aquello que se anhela tener.
El trabajo de acompañante propone, como plantea Marcelo Percia, hacer experiencia del no control (Percia, 2004), disponer a la autonomía de los sujetos con los que se trabaja. Teniendo en cuenta que la autonomía no es un atributo que pueda ser pensado de forma universal, el AT trabaja potenciando a los pacientes para que consigan distintos grados de autonomía, según sus posibilidades lo permitan y con el fin de que se acerquen a la posición más autónoma posible.

Metodología del AT
Los encuentros acompañado-acompañante varían en su duración diaria y frecuencia, según cada caso. Suelen ser encuentros de cinco horas reloj, con una frecuencia de dos a cuatro veces por semana.
Durante el AT se despliega un espacio que potencia el compartir, escuchar, observar, frenar impulsos, contener, estimular, potenciar la capacidad creativa y lúdica, informar sobre el mundo objetivo, representar al terapeuta, actuar como agente socializador, servir como agente catalizador de las relaciones familiares y auxiliar al paciente en la realización de diferentes actividades, que forman parte de las vicisitudes de la vida cotidiana (Kuras de Mauer, 1985, 2003; Rossi, 2004).
El espacio del AT se construye según características propias de la relación bipersonal, entre el acompañado y el acompañante, siendo la misma, siempre, singular.
El dispositivo implica un trabajo interdisciplinario, en equipo y en permanente supervisión. Durante su práctica, posibilita la invención constante de nuevos modos de trabajo, que se conjugan con la respuesta necesaria a la diversidad de situaciones que acontecen durante su desarrollo.

Conclusiones
El AT es un dispositivo que se agrega a los existentes, dado que, no reemplaza ni a la psicoterapia ni a la psiquiatría; sino que se suma a éstos. Y los requiere para su realización en grupos de trabajo.
El AT tiene por fin desplegar un espacio que potencie lo singular de cada acompañado, como sus potenciales de salud y sus vínculos con los otros. Esto mediatizado por el andamiaje del acompañante que está presente ante la necesidad del otro.
Consideramos que la lógica de este dispositivo se escapa al encierro, la soledad, el aislamiento, la incomunicación y la escasa presencia de otro, por eso está en tensión con la lógica manicomial, ya que, dispone a la construcción de un sujeto autónomo.

Bibliografía
·       Kuras de Mauer, Susana; Resnizky, Silvia. Acompañantes terapéuticos y pacientes psicóticos. Manual introductorio a una estrategia clínica. Trieb. Buenos Aires, 1985.
·       Kuras de Mauer, Susana; Resnizky, Silvia. Acompañantes terapéuticos. actualización teórico-clínica. Letra viva. Buenos Aires, 2003
·       Percia, Marcelo. Deliberar las psicosis. Lugar Editorial. Buenos Aires.2004
·       Pulice, Gabriel; Rossi, Gustavo, Acompañamiento terapéutico. “Aproximaciones a su conceptualización: presentación de material clínico. Editorial Xavier Bóveda. Buenos Aires, 1994.